Hace un tiempo le hice una pregunta a una inteligencia artificial:
Estoy en Chile, en una reunión con 10 personas. ¿Cuántas de ellas podrían interactuar con una IA generativa y escribir un buen prompt?
Porque Chile no solo está adoptando la IA: la está entendiendo, probando y aplicando con rapidez.
De acuerdo con la Cámara de Comercio de Santiago, nuestro país se proyecta como uno de los líderes regionales en el uso de inteligencia artificial. Para 2025, el sector alcanzará los US$ 1.000 millones, con más de 400 empresas dedicadas al desarrollo de soluciones basadas en IA y 14.500 profesionales vinculados a esta industria.
En términos de inversión per cápita, Chile también encabeza la región: US$ 51 por habitante.
Este avance no es casualidad.
Chile ha demostrado una capacidad única para aprender, adaptarse e integrar nuevas tecnologías en sus procesos productivos. Desde la minería y la energía hasta la educación y los servicios financieros, cada sector está explorando cómo la inteligencia artificial puede mejorar su eficiencia, reducir tiempos y aumentar la calidad del trabajo.
Las empresas chilenas están dejando atrás la idea de que la IA es solo una moda. Hoy la ven como una herramienta real para innovar, automatizar tareas, analizar grandes volúmenes de datos y tomar decisiones más estratégicas.
La velocidad con la que se están sumando a esta tendencia refleja algo que está en nuestro ADN: la curiosidad, la disciplina y el ingenio para resolver problemas.
Adoptar inteligencia artificial no significa solo usar nuevas plataformas.
El verdadero cambio ocurre cuando las personas aprenden a pensar junto con la IA.
Saber cómo escribir un buen prompt, interpretar una respuesta o convertir una idea generada por IA en una acción concreta, se ha transformado en una habilidad clave para los equipos del futuro.
En DL, como consultora 4.0 en aprendizaje organizacional, entendemos que el desarrollo tecnológico no tiene sentido sin el desarrollo humano.
Por eso diseñamos programas que combinan innovación, aprendizaje digital y metodologías activas para que los equipos aprendan a utilizar la IA con propósito, criterio y valor práctico.
El objetivo no es reemplazar la inteligencia humana, sino potenciarla, haciendo que cada colaborador pueda usar estas herramientas para mejorar su productividad, creatividad y capacidad de análisis.
Decir que Chile es “el mateo” de la IA en Latinoamérica no es una exageración.
Cada vez más profesionales, docentes, líderes y emprendedores están experimentando con modelos generativos, automatización de procesos y análisis predictivo.
Esa curiosidad —mezclada con esfuerzo, pragmatismo y un toque de picardía chilena— está impulsando una nueva generación de talento digital.
Ser “los mateos” no significa solo estar a la vanguardia tecnológica.
Significa entender para qué y cómo usar la inteligencia artificial, generar valor a partir de ella y mantener una visión ética y sostenible en su aplicación.
La inteligencia artificial ya forma parte de nuestro día a día.
Está en los correos que escribimos, las imágenes que creamos y las decisiones que tomamos.
El desafío ahora es usar esa tecnología para construir organizaciones más humanas, más eficientes y más inteligentes.
En DL, creemos que el conocimiento sigue siendo la mejor tecnología disponible.
Y que prepararse para la IA no es solo una ventaja competitiva: es la clave para liderar el futuro del trabajo con propósito, estrategia y visión.
En DL, acompañamos a las empresas en la integración de la IA en sus procesos de capacitación, desarrollo organizacional y aprendizaje corporativo. Diseñamos experiencias de formación basadas en inteligencia artificial, accesibilidad y tecnología aplicada, para que las organizaciones chilenas avancen un paso adelante hacia el futuro del trabajo.