Escrito por Carla García
Periodista Área de Estudios
12 Enero, 2022
Si en términos simples pudiéramos definir educación, se podría decir que es una práctica que transforma a las personas en su comportamiento, pensamiento y reflexión. Hoy en día la sociedad se encuentra sumergida en el conocimiento y la tecnología, esto mismo propició que las formas de aprender existentes hasta hace unos pocos años atrás, tuvieran que transformarse.
Para permitir que todas las personas exploten su propio potencial, es imprescindible que se utilicen métodos formativos que se adecuen a la época que están viviendo.
En la era digital niños, adolescentes y adultos utilizan normalmente aparatos tecnológicos en su vida diaria, tanto es así, que el quehacer cotidiano de las personas de alguna u otra manera pasó a estar supeditado por dispositivos móviles. De hecho, términos como «nomofobia» -miedo a quedarse sin teléfono móvil- antes no existían, y es por esto que artefactos como smartphones, tablets, computadores, smartwatch etc. pasaron a ser determinantes e importantes en la cotidianeidad actual.
Es por esta razón, que en los procesos de aprendizaje también se ha ido innovando, y uno de los más asertivos en este aspecto ha sido la gamificación, que para el especialista, Marco Villalta, -Doctor en ciencias de la educación, psicólogo, educador diferencial y académico de la escuela de psicología Universidad de Santiago de Chile, – la “gamificación en educación refiere al aspecto lúdico de la experiencia humana orientado a fortalecer la disposición al aprendizaje”.
Para Villalta “la noción de [aprender jugando] hace parte de los grandes movimientos de cambio educativo a fines del siglo XIX y XX, cuando se reconoce que aprender no es solamente un proceso cognitivo, sino que involucra toda la experiencia humana”. El avance de la tecnología ha sido un fenómeno clave en la edad contemporánea, esto ha impactado también en los procesos de formación, según el doctor en ciencias de la educación esto se explica porque “el vínculo entre juego y aprendizaje se ha actualizado con el desarrollo de la tecnología digital, desde fines del siglo XX y ahora”.
Es más, si de números se trata podemos señalar que un estudio publicado por la revista ScienceDirect en el año 2020, dijo que los estudiantes que tuvieron clases con gamificación (basada en desafíos), elevaron su rendimiento hasta en un 89,45%, en comparación con aquellos que solo recibieron clases con aprendizaje tradicional (no gamificado).
En palabras del académico esto tiene explicación, ya que “en la actualidad, y debido a la situación de pandemia, se redujeron las relaciones educativas a interacciones sincrónicas o asincrónicas a través de una pantalla”. De hecho, el académico ve esto como “una oportunidad y todo un desafío para que el desarrollo de interfaces tecnológicas favorezcan -o compensen- los procesos de aprendizaje”.
Otro estudio realizado el año 2019 por Intuition, señaló que el 67% de los estudiantes encontró que el aprendizaje gamificado era más motivador y atractivo que los cursos tradicionales. Esto se explica porque la gamificación facilita el aprendizaje de forma continua, es más con ella se logra optimizar todo el proceso cerebral que se genera cuando ingresa información nueva al cerebro y esto ocurre, porque en una clase gamificada se presentan: aspectos audiovisuales, se entregan fragmentos pequeños de contenidos esquematizados, algunos lapsos de tiempo y también actividades repetitivas.
Para el experto en tecnología, Daniel Blueh, -Ingeniero Civil de Industrias, de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), especializado en tecnologías de la información, con 10 años de experiencia y jefe de proyectos de Digital Learning- esto se explica debido a que “las tecnologías móviles son un fenómeno que ayuda a potenciar aún más el aprendizaje con gamificación, ya que los estudiantes están acostumbrados a [vivir experiencias] en sus móviles, especialmente juegos y entretención”.
Se debe dejar de pensar que la gamificación es una moda pasajera. Es más, cuando las nuevas generaciones se encuentren frente a la búsqueda de desafíos laborales, lo harán bajo esta lógica. En el año 2018 la revista TrainingJournal, pronosticó que hacia el 2025 la “gamificación en el lugar de trabajo” será un atractivo a considerar en la búsqueda laboral millennial. Pero ¿por qué este dato es importante? Se estima que para el 2025, el 75% de la población mundial estará compuesta por millennials, generación que por cierto ha llevado la mayor de su vida acompañada de un ecosistema digital.
Para Blueh el principal aporte o beneficio que genera la gamificación es “incentivar al alumno a que complete los cursos y programas asignados, e incluso llevarlo a querer estudiar más allá de lo obligatorio”. Esto se explica también, porque la gamificación modifica el centro de recompensa que se encuentra en el cerebro; lo que genera que el aprendizaje finalmente pueda ser optimizado. De hecho, cuando pensamos en lo que viene, Daniel es claro “en el futuro cercano se espera que la realidad aumentada y realidad virtual apoyen aún más el desarrollo del aprendizaje gamificado”.
No podemos dejar de ver la realidad, las personas pasan horas y horas en sus dispositivos móviles, por lo que migrar los métodos de formación educativa hacia allá no puede ser una mala idea. El modernizar los procesos pedagógicos en cualquier ámbito, de la mano de esta nueva era digital, es netamente poner en el centro a la persona que finalmente será la destinataria de los contenidos que se quieren entregar.
