El término “Burnout”, o Síndrome de Fatiga Laboral, es una expresión relativamente nueva, acuñada por primera vez en 1974 por Herbert Freudenberger en su libro Burnout: The High Cost of High Achievement, se trata a grandes rasgos de una reacción al estrés laboral prolongado o crónico.
Si no se controla a tiempo, el Síndrome de Burnout puede manifestarse como una enfermedad física, mental y emocional, lo que podría provocar consecuencias devastadoras en la vida de las personas. Algunos de sus principales síntomas son: sentirse exhausto, vacío e incapaz de hacer frente a la vida diaria.
Las personas que experimentan el Síndrome del Trabajador Quemado, a menudo sienten que no tienen nada más que dar y pueden temer levantarse de la cama cada mañana. Incluso, pueden adoptar una perspectiva pesimista de la vida y sentirse desesperanzados.
La enfermedad de burnout se caracteriza por tres dimensiones principales:
En pocas palabras, si una persona se siente agotada, comienza a odiar su trabajo y comienza a sentirse menos capaz, está mostrando signos de burnout.
Si esto perdura, la persona comenzará a perder el interés y la motivación que lo llevaron a asumir un determinado rol en su momento. Además, el Síndrome de Desgaste Profesional reduce la productividad y agota la energía, haciendo sentir a las personas cada vez más impotentes, desesperanzadas y resentidas.
El agotamiento solía clasificarse como un problema relacionado con la gestión de la vida, pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) ratificó de manera oficial al burnout como una enfermedad, en la revisión número 11 de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Conexos (CIE-11), que entró en vigencia este año.
Esta nueva clasificación oficial del burnout como un diagnóstico médico, incluye esta condición en la Clasificación Internacional de Enfermedades como un: “un síndrome conceptualizado como resultado del estrés laboral crónico que no se ha manejado con éxito”.
La mayoría de las personas pasan la mayor parte de sus horas trabajando. Por lo tanto, si la persona odia su trabajo, teme ir a trabajar y no obtiene ninguna satisfacción de lo que está haciendo, esto puede afectar gravemente su salud mental y calidad de vida.
El burnout no es algo que desaparece por sí solo. Más bien, puede empeorar a menos que se aborden los problemas subyacentes que lo causan. Si se ignoran los síntomas del burnout, podría causar más daño a la salud física y mental en el futuro.
También las personas podrían perder la capacidad y la energía para cumplir eficazmente con las demandas de su trabajo, lo que traer repercusiones en otras áreas de su vida.
A continuación, te damos algunos consejos que pueden ocupar tu y tus colaboradores para prevenir el burnout
El ejercicio no solo es bueno para nuestra salud física, sino que también puede darnos un impulso emocional. ¿Te has estirado por un tiempo? ¿Lo has probado? No necesita pasar horas en el gimnasio para obtener estos beneficios. Los mini-entrenamientos y las caminatas cortas son formas convenientes de hacer del ejercicio un hábito diario y ponerte en movimiento.
Opta por un estilo de vida saludable. A través de una dieta saludable llena de ácidos grasos omega-3 puedes reducir los síntomas de fatiga física y mejor tu estado de ánimo. Agrega a tus comidas alimentos ricos en omega-3 como el aceite de linaza, las nueces y el pescado para combatir los síntomas del agotamiento físico y mental.
Nuestros cuerpos necesitan tiempo para descansar y reiniciarse, por lo que los hábitos de sueño saludables son esenciales para nuestro bienestar.
Según Sleep Foundation, evitar la cafeína, establecer un ritual relajante antes de acostarse y prohibir el uso del celular previo a dormir pueden ayudar a promover una buena higiene del sueño.
Durante tiempos estresantes, es importante buscar ayuda. Si te resulta difícil pedir ayuda, considera desarrollar un “registro” de autocuidado con amigos cercanos y familiares para que puedan cuidarse unos a otros durante los momentos difíciles.
Acudir a terapia psicológica puede ser una instancia de gran ayuda para reducir la fatiga mental y disminuir el estrés.
Las personas negativas pueden transmitirte sus energías y desanimarte. Mantente alejado de ellos tanto como puedas.
Puede ser útil hablar con tu pareja o familia sobre cómo te sientes en el trabajo. No asumas que estás cargando a otros con tus problemas. La mayoría de las personas se sentirán halagadas de que confíes en ellas.
A veces, todo lo que necesitamos es algo de tiempo libre. Usa días de vacaciones o permiso de ausencia temporal. Vuelve a enfocarte y averigua dónde necesita hacer cambios.
Trata de ver valor en el trabajo que haces. Tal vez sea un rol necesario que ayude a las personas, o uno que requiera un cierto nivel de habilidad. Concéntrate en las partes que puedes disfrutar, has lo que te gusta.
Conversemos